Hace más o menos 5 años descubrí
la poderosa fuerza que puede contener una película (paradójicamente viendo a un
neoyorquino sobrevivir a un apocalipsis gracias a un disco de Bob Marley). Su
forma de transmisión podía cambiar la forma de percibir el mundo para siempre.
Mientras más fui creciendo, más cuenta me daba sobre cómo el discurso fílmico
se centraba en asuntos que había leído muchas veces en libros de filosofía,
historia, lógica, estética. Así, el cine cobró la posibilidad de acercarse a
temas más profundos, para mí. Cuando Gramsci decía que las grandes masas
humanas disfrutaban de cierto tipo de arte que era incomprensible para las
capas más “cultas”, nos alertaba también sobre cómo aquellos valores
(especialmente los “morales”) expresados en las novelas más populares, tenían
que ser tomados en cuenta, pues aquellos eran los más importantes para la
población –y no los que la “alta cultura” prefería-. El cine, siendo muy
popular entre la población, lograba hacerme entender que los asuntos profundos
podían ser entendidos, también, desde una serie de fotografías corridas a altas
velocidades.
Este espacio ha sido creado para
comentar sobre películas, criticar las que se puedan (no siempre se está en las
posibilidades), contar noticias sobre el tema; pero más que nada, difundir ciertos
“discursos” cinematográficos en la medida de lo posible.
El documental que me ayudó, por
fin, a ver cómo podía darse la metodología entre el entendimiento más “teórico”,
y la estética del “séptimo arte”, fue uno conducido por Slavoj Zizek. Por ello
creo conveniente inaugurar este humilde espacio con el documental aludido, que,
desde la interesante retórica psicoanalista, marxista y otras posturas “istas”,
nos presenta este importante pensador. Otra empresa “infantil” de escribir
aunque nadie lo pida, y aunque tal vez pocos lo lean.
(Este es un fragmento de la primera parte. Si quieren ver el primer capítulo entero -son tres-, dejo el link en la parte inferior. Disfruten)